No eres solo un cuerpo: qué es la salud holística y cómo empezar a cuidarte de forma integral

Te levantas cansado. Otra vez. Estás hinchado; ya solo abrochar los pantalones es un poco incómodo. Tu pareja ha dejado algo fuera de lugar y esto te enfada mucho más de lo que debería. Te duele la espalda, apenas son las 8 de la mañana y ya solo quieres que llegue el momento de volver del trabajo.

Últimamente no levantas cabeza, parece que vives solo para el fin de semana. ¿Será algo físico, emocional o puro estrés? Spoiler: es todo junto.

Desde siempre nos han enseñado que la salud es comer bien y hacer ejercicio. Obviamente, esto es una parte importante. Pero no es suficiente, porque no somos solo un cuerpo. Somos una combinación de lo que pensamos, lo que sentimos, con quién nos relacionamos, la historia que arrastramos, lo que creemos y cómo lo llevamos a nuestro día a día, cómo reaccionamos a lo que nos pasa, lo que callamos, lo que deseamos más que nada en el mundo…

En serio: la salud es mucho más que dieta y gimnasio. Es cómo vivimos en nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro corazón y nuestra alma.

¿Qué es la salud holística? (Y por qué deberías conocerla)

Abordar la salud desde un punto de vista holístico significa mirar el todo. Dejamos de ver cada síntoma por separado y de poner un parche aquí y otro allá. En vez de eso, vemos a la persona completa: no solo el cuerpo físico, sino también lo que piensa, lo que siente, sus vínculos, su propósito, su descanso, su espiritualidad (y no, no hace falta que medites bajo una cascada en Bali).

Las distintas dimensiones que trabajamos con este enfoque no son compartimentos estancos: se solapan, se cruzan y se influyen mutuamente. Cuando una se desajusta, las demás lo sienten.

Además, que cada persona tiene su “talón de Aquiles”. Por ejemplo, mientras que tú puedes tender a descuidar la alimentación y el ejercicio cuando tienes ansiedad, tu vecina quizá se pierda en cuidar a los demás, sin poner límites, hasta el punto de olvidarse de sí misma.

Ejemplos reales de desequilibrio (y por qué no se trata de fuerza de voluntad)

  • “Quiero dejar el azúcar… pero ayer me enfadé en el trabajo y al llegar a casa me comí media tableta de chocolate.”

  • “Quiero entrenar… pero estoy tan agotada que al final nunca voy al gimnasio.”

  • “Quiero salir de este bache… pero es que ya ni me gusta mi vida.”

Esto no es falta de fuerza de voluntad. La fuerza de voluntad sirve para levantarte un día que tengas pereza, no para sostener durante durante meses y años una vida que no te gusta. Aquí el problema tampoco es la falta de información: ya sabes lo que “deberías” hacer.

El problema es que estás intentando resolver un rompecabezas con solo una pieza y sin mapa.

La solución no es exigirte más ni castigarte. La clave está en escucharte y entender qué está pasando. Porque muchas veces, el síntoma físico es el mensajero, no el problema real.

¿Cómo empezar a cuidar tu salud de forma integral hoy mismo?

No hace falta desaparecer un mes en un retiro espiritual (aunque si quieres, me avisas y vamos). Puedes empezar poco a poco, desde donde estás y con lo que tienes.

Esta semana, elige UNA dimensión de tu vida que vas a cuidar.

(No te emociones, no hagas todas. En el fondo, tú sabes cuál es la que necesita más atención.)

Elige solo UNA acción concreta para cuidarla.

Aquí van ideas simples, prácticas y realistas para cada dimensión:

  • Cuerpo: ve a dormir 15 minutos antes o bebe un vaso de agua al despertarte.

  • Mente: intenta fijarte en tu monólogo interior (todas esas veces que te dices “eres un torpe” o “menudo desastre, otra vez llegando tarde”). No te juzgues, solo observa.

  • Emociones: antes de dormir, intenta ponerle nombre a la emoción que dominó tu día. Quizás descubras un patrón. Cuando nos preguntan qué tal estamos, parece que operamos en blanco y negro (estamos bien o estamos mal). Pero en realidad, somos un arcoiris: podemos estar frustrados, nerviosos, contentos, expectantes, indecisos… Nombrarlo cambia todo.

  • Espiritualidad: asómate a la ventana dos minutos y cierra los ojos. Siente el viento en la cara. O bien anota una cosa cada día por la que estás agradecido.

  • Relaciones: mándale un mensaje a alguien, sin motivo. No hace falta un texto largo. Un meme un reel gracioso vale.

  • Estilo de vida: regálate 10 minutos sin hacer nada útil ni pensar en todo lo que deberías estar haciendo. O bien: cuando vayas a abrir tu app de scroll favorita, pon un temporizador de 5 minutos y arregla un rincón de tu casa, abre las ventanas, enciende una vela… A ver qué pasa.

Tu salud no es solo tu cuerpo: es tu vida entera

Tu salud no es solo el cuerpo, ni la comida, ni el estrés. Es todo lo que te pasa y como tú reaccionas a ello y lo interpretas.

No tienes que arreglarlo todo hoy. Pero sí puedes empezar por algo pequeño. Hacer poco pero con intención y constancia es mil veces más poderoso que hacer mucho y rendirse al día siguiente.

Si el concepto de salud holística te ha llamado la atención, te invito a agendar una sesión cero gratuita, sin compromiso. Te acompaño a mirar tu salud como lo que realmente es: integral, dinámica y profundamente tuya.

¿Qué mini-acción vas a probar esta semana?

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